En la alimentación vegetariana estricta no se consumen derivados como leche, huevos o miel
Los nutricionistas aceptan este tipo de régimen aunque exige tomar suplementos vitamínicos
En el vaso de leche del desayuno, los veganos ven las ubres de la vaca
conectadas a una máquina extractora. El chuletón en su punto de la comida les
recuerda que hubo una vez un cerdo hacinado junto a otros comiendo
anabolizantes y retozando en sus excrementos. En la tortilla de la cena, los
veganos ven gallinas apiladas, con la luz encendida no vaya a ser que duerman,
dejen de comer, crecer y producir. Lo ven y, como no les parece
justo, no lo comen.
A diferencia de la dieta vegetariana, el veganismo
es una forma de vida a la que cada vez se apunta más gente en España, con una
ética que rechaza cualquier tipo de explotación animal ya sea en la industria
de la alimentación, del entretenimiento o en la ciencia.
La palabra 'vegano' se acuñó en los años
cuarenta para diferenciar a los vegetarianos estrictos de los laxos
De este tipo de imágenes está llena la web del Partido Animalista Contra el Maltrato Animal (PACMA), en el que todos los miembros de la junta directiva son veganos. Fundado en
2003 con la intención de influir en los gobernantes pero no de tomar el mando,
el único partido de defensa de los derechos de los animales en España ha ido
multiplicando sus votantes en cada cita electoral a la que ha acudido.“En
nuestros programas electorales defendemos el veganismo y el vegetarianismo y
pedimos que se incluyan dietas de este tipo en colegios públicos, instituciones
penitenciarias, hospitales, etc..", explica Silvia Barquero, portavoz del
partido que atribuye a la “injusta” Ley Electoral el hecho de no tener todavía
representación en el Congreso a pesar de haber alcanzado 102.144 votos en las
Elecciones Generales de 2011.
Jasmijn de Boo también fundó un partido político en Reino Unido con el nombre Animal
Counts (los animales cuentan), pero cansada del impenetrable bipartidismo pensó
que podría aportar más desde otro tipo de organización. Desde 2011 dirige la Vegan Society,
fundada en los años cuarenta por Donald Watson, uno de los dos vegetarianos
estrictos que habían acuñado poco tiempo antes la palabra vegano para
diferenciarse de aquellos que consumían derivados de la explotación animal. La
organización tiene un programa online que se llama Vegan pledge (compromiso vegano) en el que pueden apuntarse las personas que quieran
probar este tipo de alimentación entre una semana y un mes.
¿Es sana la dieta vegana?
La Academy of Nutrition and Dietetics americana emitió en 2009 un informe en el aseguraba que, tanto la dieta
vegetariana, como su versión estricta, son saludables para todas las edades
incluido el embarazo, la lactancia, la infancia y la adolescencia. Este
informe, corroborado por la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas, que representa a más de 2.500 facultativos, especifica que este tipo de
alimentación debe estar "bien planificada" ya que puede presentar
carencias de hierro, calcio y vitaminas D y B12.
La más peligrosa es esta última. La B12 se
encuentra en la carne roja y es fundamental para el funcionamiento neuronal, de
manera que aquellos que deciden adoptar una dieta vegana deben tomarla como
suplemento alimenticio.
Una alimentación con base filosófica
No hay cifras sobre el número de veganos que hay
en el mundo, ni tampoco en España. Pero las asociaciones de
protección de animales aparecen en segundo puesto,
por detrás de las de derechos humanos, cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pregunta a los españoles sobre las organizaciones que despiertan su
simpatía.
El especismo
equivale el desdén hacia el animal con el racismo o el sexismo
El profesor de filosofía moral y política de la
Universidad de Santiago de Compostela, Oscar Horta, aporta el concepto de especismo,
acuñado en los setenta por el psicólogo Richard D Ryder, que equipararía el
desdén del hombre hacia los animales con el racismo o el sexismo. "En el
pasado estas discriminaciones se consideraban algo normal. Lo que planteamos es
que, en el caso de los animales, debe producirse una evolución semejante",
explica Horta, y añade que ahora a "la mayoría de la gente le resulta
extrañísimo que tengamos que respetar a los animales de la misma forma que a
las personas".
Al argumento de que los animales carecen de razón
y pensamiento consciente, el profesor tiene la respuesta preparada: "Hay
humanos que tampoco poseen estas capacidades, como los niños o las personas con
alguna discapacidad intelectual. Por eso la inteligencia no es un motivo para
no respetar a los animales", sentencia Horta. Alegando que podamos sentir
más empatía por nuestros iguales que por los animales, responde que "con
esa afirmación justificaríamos también el racismo y el sexismo". "Nosotros damos nuestros argumentos y nuestras razones. Luego la gente decide".
Después de criarse con una alimentación
típicamente americana, Eric Brent dijo basta a las hamburguesas, a las pizzas peperoni
y a las lasañas congeladas y se fue a viajar por el mundo. Se dio cuenta de que
era muy difícil encontrar establecimientos veganos y vegetarianos así que
cuando volvió a Estados Unidos hace 13 años, fundó una página web para tenerlos
localizados.
Se llama Happy Cow (vaca
feliz) y ubica tiendas y restaurantes de los cinco continentes que no tienen en
sus estanterías o cartas productos de procedencia animal. Desde hace tres años,
para Brent se ha convertido en un trabajo a jornada completa y ya tiene 12
empleados. Ningúno come carne. Con 800 mil visitas al mes y aplicaciones para
IPhone y Android, Happy Cow es una referencia para viajeros de esta filosofía y
un escaparate para sus comerciantes.
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